sábado, 24 de diciembre de 2011

"es que son la confirmaciòn de la soledad"

Una de las cosas que
màs me
gustaba de
mi casa era
que
no hubiera
cucarachas...

jueves, 15 de diciembre de 2011

ahorita

siento que muero de tristeza


...y todo por no llegar a tiempo

lunes, 12 de diciembre de 2011

Para B

Lo màs difìcil fue soltar amarras, tardamos un dìa entero y nos tajeamos piernas y hombros porque no podìamos ver bien con tanta noche. Cerca de las dos de la madrugada casi lo logramos, pero vos seguìas tirando màs fuerte, queriendo quedarte. En ese momento pensè que en realidad no importaba porque ya habìamos pasado lo màs difìcil y entonces podrìamos llevarte arrastrando y pataleando, gritando su nombre que a esa altura nada significaba ya. Eso de los nombres, otra vez. Pero fijate còmo es simplemente eso, porque si la be de tu nombre fuera corta vos serìas otro nombre y otro pelo (no sè por què imagino que no serìa igual que el tuyo, quizàs rojo o negro) y yo no estarìa escribiendo esto ahora y a vos quizàs no te dolerìa tanto...

Y ahì, bueno, es que es eso ¿ves?

Me duele tanto que te duela como si me estuviera doliendo a mì, pensè y quise lloràrtelo en la cara, porque doliendo asì no ìbamos a lograrlo. Actuè muy ràpido, de pura desesperaciòn, hirviendo y helada al mismo tiempo, pero no tibia, vos y yo pactamos como con sangre que tibias nunca. Detuve el operativo, me parè sobre vos y, como si fuera una fina capa de seda o maìz, vomitè mi nombre en el centro de tu cuerpo, justo donde crecen peces y planetas.

Despuès de eso no recuerdo con exactitud, pasò algo parecido a un sismo o nosotras que temblàbamos. Todas nosotras. Cayò la noche, destruìda, se encendieron los pàjaros, los rìos salieron de la tierra como jamàs antes y vos, con todo ese pelo insoportablemente amarillo, saltaste y al fin cantaste.